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Editorial 506

 


Fuerza de atracción y fuerza de repulsión


Todo lo que existe está en movimiento permanente. El movimiento es el modo de manifestación universal. Todo se mueve generando vibraciones. Existen elementos que se mueven a gran velocidad, como la luz; otros movimientos son lentos como el desplazamiento de las capas tectónicas. Hay movimientos inmensos, como la expansión del universo; otros movimientos son microscópicos, como los que se producen en el átomo o en los microbios.


El movimiento es causa del día y la noche, de la vida y la muerte, de las olas, del viento... Todo vibra en la naturaleza, hasta las rocas y los minerales emiten vibraciones que pueden ser detectadas. El cerebro produce billones de estímulos y de reacciones por segundo, procesa millones de bits por segundo; las células están en actividad permanente: respiran, realizan el metabolismo de los alimentos y producen energía y sustancias que son necesarias para el buen funcionamiento del cuerpo.


Las fuerzas de atracción, también conocidas como fuerzas de gravedad, se caracterizan porque atraen hacia sí todas las cosas.

Existe una fuerza gravitacional universal que hace que billones de galaxias formadas por billones de estrellas giren en torno de un centro del cosmos que nosotros desconocemos. Cada galaxia gira a su vez en torno a un centro. Se cree que en el centro de cada galaxia existe un agujero negro con un poder gravitacional inmenso.


Frente a la fuerza gravitacional está la fuerza de repulsión que da origen a la expansión del universo.


Los cuerpos con mayor fuerza gravitacional atraen hacia sí a los más débiles. Por esta razón, la tierra gira alrededor del sol y la luna gira alrededor de la tierra.


Cada cuerpo también tiene su propia fuerza de atracción que hace que todos sus elementos se mantengan integrados. Cuando esta fuerza se debilita entra en acción la fuerza de desintegración. Dentro de 4.500 millones de años, el sol perderá su fuerza de atracción, debido a que habrá consumido el helio que genera la energía solar, y se desintegrará.


Los seres vivos tienen una fuerza de atracción que mantiene unidos sus elementos, debido al principio vital. El día que el principio vital muera, sobrevendrá la desintegración.


Cómo actúan las fuerzas de atracción y de repulsión a nivel personal.


El ser humano posee dos mecanismos. El mecanismo de desarrollo que le impulsa a vivir, a crecer, a evolucionar y a integrarse en la sociedad, y el mecanismo de defensa que le impulsa a protegerse y defenderse de todo lo que amenaza su existencia.


En las personas evolucionadas predomina el mecanismo de desarrollo (inteligencia, valores, diálogo, superación, etc.) mientras que, en las personas poco evolucionadas se impone el mecanismo de defensa (temores, complejos, desconfianza, agresividad, etc.)


Como es lógico, el primero conduce al éxito y el segundo a la confrontación y al fracaso.


El desarrollo de uno u otro mecanismo, depende de la educación recibida y del uso que cada persona hace del libre albedrío. Por lo cual, cada persona es lo que hace de sí y le va en la vida de acuerdo a sus acciones.

Los mecanismos son hábitos que se desarrollan a través de las decisiones que tomamos, con el tiempo se van consolidando y adquieren más poder.


En nuestra mente existe una lucha de ideas, sentimientos, deseos, instintos, valores, etc. Al final se imponen los contenidos que más alimentamos.


Cuando pensamos en algo (positivo o negativo) lo alimentamos y tiende a fortalecerse. Cuando pensamos en ello con insistencia, incrementamos su poder. Cuanto más poder adquiere una idea o un sentimiento, se impone con fuerza sobre las demás ideas y sentimientos, hasta llegar a tomar el control de la mente. Como es lógico, estas ideas y sentimientos determinan la dirección de nuestra vida.
"Cuida tus Pensamientos porque se volverán Palabras.
Cuida tus Palabras porque se volverán Actos.
Cuida tus Actos porque se harán Costumbre.
Cuida tus Costumbres porque forjarán tu Carácter.
Cuida tu Carácter porque formará tu destino" " Mahatma Gandhi.


Cómo actúan las fuerzas de atracción y de repulsión en la sociedad


Los mismos mecanismos que rigen en cada persona rigen en la sociedad.


Ley de Atracción hace que las personas tienda a asociarse de acuerdo a su naturaleza, de acuerdo a sus ideas y sentimientos, de acuerdo a sus vibraciones. De esta forma las personas se asocian en religiones, partidos políticos, sindicatos, colegio de médicos, de ingenieros,... clubes, peñas, cofradías, mafias, etc. El objetivo fundamental es sobrevivir, sentirse arropado por el grupo, defender sus ideas y sus derechos. "La unión hace la fuerza"


Cuando la sociedad es evolucionada, funciona de acuerdo a mecanismos de desarrollo, lo cual le ayuda a comprender que en la sociedad podemos convivir todos, aceptando las diferencias de los demás. A nadie se le ve como enemigo sino como un complemento que aporta valor a la sociedad.

 

El problema surge cuando las personas son poco evolucionadas y consideran como enemigos a todos los que no son como ellas.


En la sociedad actual predominan los mecanismos de defensa. Los mecanismos de defensa se incrementan en tiempo de crisis. En estas circunstancias las personas tienden a encerrarse en sí mismas y a encerrarse como grupo. Tienden a fanatizarse, a endurecerse en sus posiciones y a desarrollar mecanismos de agresión con el fin de reducir al "otro" considerado como único culpable de la crisis y de los problemas.

La sociedad vive un proceso de evolución que se acelera cada día, gracias a la información que llega con rapidez a todas partes. Uno de los efectos de la evolución es la globalización. La globalización exige un cambio de paradigmas y mayor conciencia social, lo cual genera repulsión en muchos sectores. Por esta razón, observamos que, frente a la globalización que tiende a unificar la sociedad, surgen tendencias de repulsión que buscan independizarse. En los últimos 70 años se han independizado la mayoría de los países de áfrica. Esta es una lucha de tira y afloja, a nivel político, económico y social, en la que estamos implicados todos.


La única forma de sobrevivir y de progresar consiste en aprender a convivir. Pero nadie pude convivir en paz con los demás, si antes no aprende a vivir en paz consigo mismo, lo cual exige, poner a funcionar los mecanismos de desarrollo y controlar los mecanismos de defensa.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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